El pasado 26 de enero, el equipo senior masculino recibió la visita sorpresa del joven zumarragatarra Iker Plazaola, quien les habló de su enfermedad.
Iker jugó en el Urola cuando era niño; fue portero. Pero tuvo que dejar el fútbol debido a la distrofia muscular de cintura que padece, una enfermedad hereditaria que deteriora los músculos pélvicos y escapulares (provoca debilidad y pérdida de tejido muscular). Sin embargo, continúa haciendo deporte y eso le ayuda a ralentizar la enfermedad. Trabaja en el taller Gureak de Ordizia y estudia psicología en la UNED.
Todas estas metas le mantienen ocupado y le ayudan a afrontar el día a día con fuerza y valentía. “En el deporte como en la vida, hay que aprender a superar las adversidades, disfrutar de lo que la vida nos depara y sacar lo mejor de nosotros”, fueron sus palabras.
En agradecimiento a su visita, el Urola le invitó a hacer el saque de honor en el partido contra el Lagun Onak el 8 de octubre.