Ofrenda a la “ Amatxo” de Antigua

Es costumbre que la S.D.Urola K.E. al comienzo de la temporada regular, coincidiendo con el primer partido del equipo senior en Argixao,visite a la “amatxo” de Antigua. En la ermita donde se guarda la talla gótica con la imagen de Andra Mari se reunen en representación del Club, la Junta Directiva, los componentes de la primera plantilla, socios, además de responsables Municipales. Desde que se fundó el Club es una tradición que se cumple.

Para unos es una cuestión de fé y para otros es una de las tradiciones; pero para todos ellos es una forma popular de querer ahuyentar a los “malos espíritus” y rogar a los “buenos”, para que todas las actividades del Urola en el transcurso de la temporada, tanto en lo personal como en lo deportivo, tengan un desarrollo normal y feliz… y si de paso ayuda a conseguir algunos puntillos, mejor.

Desde otra perspectiva, cualquier “razón” es válida sólo por el hecho de poder contemplar (una vez más) la ermita de Antigua, joya de la arquitectura popular religiosa de estilo románico-gótico cuyos orígenes se remontan al siglo XII.

Santa María de Zumarraga, conocida popularmente como La Antigua y catalogada como la Catedral de las ermitas, fue hasta 1576 templo parroquial de la hoy Zumarraga. Situada en las estribaciones del monte Beloki, domina un espléndido panorama natural y goza de la sombra de un bosque de encinos centenarios. A mediados del siglo XVI y alegando razones de lejanía y seguridad, los pobladores decidieron bajar al valle el templo parroquial. A partir de entonces La Antigua quedó como ermita.

Cuenta la leyenda que las piedras con las que se construyó la ermita fueron arrojadas por los «gentiles» desde Aznabarreta, haciéndolas pasar por encima de la sierra de Aizkorri. Estos «gentiles» son los gigantes de la mitología vasca, seres dotados de una fuerza descomunal y constructores de los dólmenes, los cromlechs, los menhíres, y las casas-torre.

El interior de la ermita se asemeja a un barco invertido. A excepción de muros y columnas todo él es de madera, donde han aparecido en la viguería los restos de unas pinturas de origen muy primitivo. La imagen de la Andra Mari que se venera en la actualidad no es la primitiva. Parece ser que aquella, de estilo románico, desapareció sin dejar rastro hace ya muchos años. Entre los documentos más antiguos que hacen referencia a Santa María de Zumárraga se encuentra una carta-concesión hecha por Enrique II de Castilla, al señor de Lazcano.

El día 2 de julio se celebra la fiesta de la «Antigua». En esa fecha, en el interior y el entorno de la ermita se baila la famosa ezpata-dantza de Zumárraga. Esta ezpata-dantza tiene su exclusividad en que sólo se baila en Zumarraga y dos días señalados al año: 2 de Julio en Antigua y 15 de Agosto en la iglesia Parroquial. Los dantzaris, de rodillas, elevan hacia lo alto sus cortas espadas. Por un día Santa María de Zumárraga vuelve a ser lo que fue siglos atrás.

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